EN EL LUGAR PERFECTO.

Isaías 6:1. “En el año que murió el rey Uzias yo vi al Señor sentado en un trono alto y sublime y sus faldas llenaban el templo”

“El año que murió el rey Uzias” Este acontecimiento para ser nombrado en la Biblia debe haber sido muy importante para el pueblo de Dios. En una enciclopedia bíblica encontré algunos datos muy importantes:

– Fue en el año 758 AC.

– Según la tradición rabínica los padres de ambos fueron hermanos (Amoz padre de Isaías y Amasias padre de Uzias) lo que significaría que el profeta y el rey fueron primos hermanos. Isaías por tanto, gozaría de los privilegios propios de su parentesco, sería el profeta de la corte real.

En la Biblia encontramos toda la información referente a la persona del rey Uzias: 2 Crónicas 26:1-15 Referente a su ascenso y 2 Crónicas 26:16-23 su caída.

v.4 “Hizo lo recto ante los ojos de Jehová”

v.5b “En estos días que busco a Jehová, Él le prospero”

v.7 Con la ayude de Dios venció a los filisteos, a los árabes y a los amonitas.

v.8 Se divulgo su fama porque se había hecho altamente poderoso.

v.9 Edifico torre y las fortifico.

v.10 Tuvo muchos ganados, montes y llanos fértiles.

v.11-15 Tuvo el mejor y más grande ejército. “Fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso”

Uzias tuvo un reinado de bonanza, paz, prosperidad, fuerza militar, el reino de Judá creció y fue una nación muy bendecida por Dios desde el punto de vista material.

= Mientras hagamos lo correcto ante los ojos de Dios, ÉL nos prosperará desde todo punto de vista, primero espiritualmente y luego material. Bendijo a Uzias y junto con él a toda la nación porque fue un ejemplo de vida. 3 Juan 1:2 “Amados, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Nuestra casa, nuestra familia, nuestro trabajo, amistades, la sociedad que nos rodea; eso es lo quiere y hace Dios si le somos fieles; “en los días que busco a Jehová, Él le prospero”

v.16 “Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció… se revelo contra Jehová su Dios, entrando en el Templo de Jehová para quemar incienso en el Altar de Incienso”

v.17-18 “Y entro tras él el sacerdote Azarías y con el ochenta sacerdotes de Jehová, muy valientes… le dijeron: no te corresponde a ti, oh Uzias, quemar incienso a Jehová sino a los sacerdotes… Sal del santuario”

v.19-20 “Uzias teniendo en la mano un incienso… se llenó de ira… la lepra le broto en la frente”

v.21-23 “Hasta el día de su muerte habito en una casa apartada”

El solo hecho de haber enaltecido su corazón (v.16) ya es una rebelión contra Dios. San Mateo 5:5 “Bienaventurado los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”

= Tengamos mucho cuidado, Dios nos prospera pero al mismo tiempo, esa prosperidad puede ser utilizada por Satanás y llevarnos a la peor ruina; y esto puede suceder en la misma iglesia. En su creencia de todopoderoso el rey Uzias quiso usurpar la función encomendada por Dios a los sacerdotes, no se lo permitieron y se llenó de ira, y esa ira hizo que le brote la lepra. La lepra es símbolo de la muerte. No se cuento fue el tiempo que permaneció con esa enfermedad, pero desde el inicio ya estaba muerto.

Volvamos al reino de Judá y al profeta Isaías.

– Una nación donde muchos quisieran vivir, hay abundancia de todo, trabajo para todos; pero el fuerte, poderoso y famoso rey acaba de morir. Se abren las puertas de la desconfianza en lo que a estabilidad se refiere. En un escrito encontré lo siguiente: “la gloria nacional de Judá, murió junto con el rey Uzias, y nunca ha podido ser recuperada, hasta el día de hoy”

– Isaías, ¿Qué circulaba por la cabeza del profeta de la corte real? No sé. Pero sentía que “todo se va a desmoronar, se acabará la prosperidad, habrá depresión y hambre”.

Con esa inquietud hace lo que toda persona debiera hacer: Ir al Templo.

Salmos 29:9 “En su templo todo proclama su gloria” El Templo de Dios es, y nunca debe dejar de ser, el lugar donde todo proclama la gloria de Dios. Tu persona, mi persona, los cantos, los instrumentos; toda proclama la gloria de Dios. Para quienes amamos a Dios, no existe ninguna explicación para no ir al templo.

Uzias, el ahora enaltecido de corazón, entro al templo con un incienso en su mano, vio el Altar del Incienso; pero no vio la gloria de Dios. Él quería hacer las cosas de Dios pero su corazón estaba muy lejos de Dios. San Juan 12:41 “Isaías dijo esto cuando vio la gloria de Dios, y hablo acerca de él”

Isaías 6:1 “Yo vi al Señor”. Jesucristo es el Señor, él es la gloria de Dios, es Dios mismo hecho hombre. Isaías vino al templo a orar, a buscar la dirección de Dios. Isaías lo vio setecientos cincuentaiocho años ante de su venida a la tierra, y lo vio sentado en un trono alto y sublime. Allí ha estado desde la eternidad y lo estará hasta la eternidad, EL es el Rey de toda la tierra. Los reyes pasan, las persona pasan, los días pasan, EL permanece para siempre en un trono alto y sublime, sin contaminación alguna con el pecado. Él nos escucha y le podemos ver en todas las cosas, “en su templo todo proclama su gloria”

“Y sus faldas llenaban el templo”. ¿Qué más puedo decir? Su presencia real llena todo.

ÉL es mi Rey.

 

MI DIOS SUPLIRA TODO LO QUE OS FALTA.

Filipenses 4:19.

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”

Esta frase “suplirá todo lo que os falta”, debo entenderla que ¿Dios me dará todo lo que yo le pida, incluyendo mis gustos, placeres o lujos?” Definitivamente, no. Examinemos un poco el contexto:

v.14 “Participaron conmigo en mis tribulaciones”

v.15 “Ninguna iglesia participo conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos”

v.16 “Me enviasteis una y otra vez para mis necesidades”

v.18 “Habiendo recibido de Epafrodito lo que me enviasteis”

– El apóstol Pablo tratando con un grupo de personas totalmente consagradas a la obra de la “predicación del evangelio” (v.15). El pensando en ese esfuerzo, donde es muy posible hubieron sacrificios y privaciones, les dice que Dios les recompensara ricamente, “conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”

Dios provee para nuestras necesidades, y cuando lo hace, sencillamente, da más de lo que esperábamos, cuando esas necesidades son para glorificar el nombre de Dios.

Recuerdo al ciego Bartimeo de San Marcos 10:46-52. Él llega al Señor Jesús con una necesidad. Jesús al verlo le pregunta, ¿Qué quieres que te haga?

Con esa pregunta le está diciendo, “Yo puedo hacer todo lo que necesitas, solo tienes que pedirlo. Necesitas misericordia, pero, ¿qué clase de misericordia?”

– La pregunta es, ¿si estoy orando y pidiendo a Dios por mi necesidad, por qué no recibo ninguna respuesta?

San Marcos 10: 35-38a. En el v.36 el Señor Jesús hace a Jacobo y Juan, la misma pregunta que hizo a Bartimeo, ¿Qué queréis que os haga?

Ellos ni siquiera sabían lo que estaban pidiendo, v.38 “Entonces Jesús les dijo: no sabéis lo que pedís”

Es muy importante que cuando nos acerquemos en oración al Señor Jesús sepamos qué realmente necesitamos, y si esa necesidad es para glorificar el nombre del Señor; siendo así, le pido y no me detengo hasta que me lo de, y si no me lo da, se lo pido una y otra vez, pues se lo que le estoy pidiendo. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”

Cuando te acercas al Señor Jesús, diciéndole, “Quisiera que mis pecados me sean perdonados”, ¿sabes lo que bíblicamente significa qué es pecado y lo que realmente estas pidiendo?

– Santiago 4:17 “Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”

– Gálatas 5: 19-21 “Los que practican tales cosas (borracheras, fornicaciones, mentiras, enemistades, etc.) no heredaran el Reino de Dios”

– 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, EL es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”

Al acudir al Señor para perdón de mi pecado, debo (1) tener identificado cual es realmente mi pecado que le quiero confesar, (2) que solo en Jesús hay salvación, (3) Jesús también es fiel y justo para limpiarme de una vez y para siempre de dicho pecado. “He sido tu enemigo, hazme tu amigo. He sido un adultero, hazme puro. He sido un borracho, hazme sobrio. Deseo ser reconciliado contigo, Dios, de tal forma que mi voluntad sea TU voluntad”

= Si eres una persona que no tienes ningún pecado que confesar, ¿Cuál es tu petición?

Recuerda, “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. ¿Qué promesa hay que quisieras se cumpla hoy?

– ¿Una comunión más fuerte con Dios?

– ¿Mayor amor por las almas perdidas?

– ¿La conversión de tu esposo o esposa?

== Cuando perdiste la llave de tu dormitorio, ¿qué hiciste? Seguramente llamar a un cerrajero quien viene con un manojo de llaves, busca una que le haga a tu cerradura, hasta que al fin abre la puerta. Así es la Biblia, como ese manojo de llaves; siempre hay una que se ajusta a la cerradura de tus necesidades.

El ciego Bartimeo dijo: “Maestro, Hijo de David, ten misericordia de mí”. Está bien, pero, ¿de clase de misericordia tienes necesidad?; ¿Qué quieres que te haga?

Bartimeo si sabía lo que quería: “Maestro, que recobre la vista”. Pedía, le estorbaban; seguía pidiendo, le hacían callar; seguía pidiendo, hasta que el Señor le concedió su petición y mucho más. “Vete, tu fe te ha salvado. Y enseguida recobro la vista”.

Detente, antes de orar, reflexiona y seguro de lo que necesitas, ora al Señor.

Dios te bendiga ricamente.

 

UNA DESISION QUE MARCARA LA DIFERENCIA.

San Marcos 1: 16-20.

Por un momento ubiquémonos en el contexto histórico, social y económico de cuando se da este acontecimiento bíblico.

El Señor Jesús empieza su ministerio en Galilea, v.9 “Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret a Galilea”. En Nazaret había estado su hogar.

Dos cosas importantes suceden en la vida de Jesús antes de empezar su ministerio: Su bautismo por Juan en el rio Jordán, y la tentación por Satanás en el desierto de Judá. Luego regresa a Galilea y establece su base en Capernaun, que está al lado norte del mar de Galilea.

El mar de Galilea abastecía de pescado a todo Palestina. El pescado era la dieta de todos los días para los judíos; por lo tanto, ser pescador era un trabajo muy bien remunerado; además, v.20, dos de los cuatro, que el Señor llama en este pasaje, eran propietarios de una empresa pesquera en sociedad con su padre: poseían por lo menos una barca y tenían personas asalariadas que les trabajaban en la pesca. De los otros dos no se mucho, pero es muy probable que económicamente también hayan sido muy solventes, v.18, tenían redes (en plural), por lo tanto, creo que también tenían trabajadores.

== Una observación muy importante antes de seguir hablando de estas cuatro personas y de la decisión que ellos toman: No siempre una buena condición económica y social, es el antídoto para la soledad, la tristeza y la depresión. O dicho de otra forma: No siempre la pobreza es la condición para superar la soledad, la tristeza o la depresión.

San Marcos 1: 16-20 narra el llamamiento que el Señor Jesús hace a cuatro personas para que sean sus discípulos. Cuatro personas que son exitosos en los negocios.

Notemos algo muy importante, San Juan 1:35-42, al día siguiente del bautismo de Jesús, esto es unos meses antes de San Marcos 1:16-20 ellos eran seguidores de Juan el Bautista y conocieron a Jesús y comenzaron a seguirle. La Biblia no dice nada del crecimiento espiritual de ellos, solo dice que continuaban sus vidas como si nada hubiera pasado, continuaban en la pesca.

Todo esto hace pensar que el simple hecho de seguir a Jesús, NO es suficiente. No es todo lo que el Señor quiere de nosotros, no es el antídoto para la soledad, la tristeza o la depresión. Sabemos de muchos “triunfadores” que viven peor y no son felices; pero van buscando la manera como salir de tan difícil situación, lamentablemente, la mayoría escogen caminos equivocados como el alcohol, las drogas, el sexo, etc. Y terminan arruinándose peor humana y espiritualmente.

San Marcos 1: 16, 19 “Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano… un poco más adelante vio a Jacobo y a Juan” Cuatro de sus amigos que algunas veces le siguen pero que sus corazones siguen vacíos. El Señor Jesús, como Dios que es, no necesita de ayuda, pero en su inmenso amor los nombra sus ayudantes. Pero primero necesitan ser llenados de EL.

v.17 “Y Jesús les dijo: Venid en pos de mí, y hare que seáis pescadores de hombres”. Ese es el mensaje para nosotros: Llenemos nuestros corazones del Señor Jesús y EL transformará nuestras vidas.

Solamente recordemos algo, el hecho que el Señor nos llame para que seamos sus discípulos (seguidores, llenos del Espíritu Santo y transformados) no quiere decir que cualquiera de nosotros no podamos rechazar dicha oferta, seguimos teniendo libertad para hacerlo. Recordemos al Joven Rico de San Marcos 10; a él también le dice “ven sígueme”.  v.22”pero el afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”

== Si sus interese están primero es imposible ser lleno del Señor. “Te sigo pero no me pidas nada” es no seguir al Señor.

La pregunta es, ¿Cuál o cuáles son tus cosas que no estamos dispuesto a dejar por seguir a Jesús? La decisión que tomemos marcara la diferencia.

A estas cuatro personas el Señor llama estando ellos en sus trabajos, pero puede hacerlo estando en casa con la familia o con los amigos o de vacaciones, o en la iglesia. Ellos respondieron inmediatamente, y dejando todo, es decir, poniendo ha Jesús en primer lugar de sus vidas se hicieron sus discípulos.

Ese mismo llamado Cristo sigue haciendo hoy, y lo está haciendo para ti. Tu respuesta marcara la diferencia entre la vida y la muerte.

EL QUERER COMO EL HACER.

Filipenses 2:13

“Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”

La familia, la sociedad, y muchas veces también la iglesia, nos han enseñado que el éxito o la victoria depende de nosotros. Es correcto que tenemos que esforzarnos y ser muy valientes, pero todo eso no es por nuestro propio esfuerzo y voluntad.

Dios es quien produce en cada uno de nosotros el querer como el hacer, ¿y cuál es su buena voluntad para con cada uno de nosotros? 2 Pedro 3:9 “no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. Por supuesto, mientras Dios está trabajando en nosotros también lo está haciendo el enemigo; y por la libertad de escoger y decidir (libre albedrio) que Dios ha puesto en cada uno, optamos por obedecer a uno y poner oído sordo a las enseñanzas del otro.

La voluntad de Dios es nuestra salvación, no quiere que ninguno perezca. Eso va a estar poniendo de continuo en nuestra mente, cuanto más duros o reacios seamos, mayor será el esfuerzo.

Un viaje con la familia por vacaciones, de repente se ve interrumpida por una prueba que Dios les envía: un accidente. La vida de los componentes de esta familia está en un estado muy grave. Dios no quiere que ninguno perezca y todos procedan al arrepentimiento, allí comienza a hablarles a cada uno, quienes viendo la muerte cerca se acuerdan que son pecadores, que necesitan el perdón, inclusive hacen promesas a Dios, “si nos sacas de esta, te prometo que te serviré siempre”, pero cuando la prueba finaliza y son dados de alta del hospital completamente sanos, sus corazones dejan de latir por Dios y sus lágrimas dejan de brotar, y muchas veces son más pecadores que antes.

Éxodo 9:13-35 En plena tormenta el Faraón reconoce su estado y se arrepiente de su mala relación con Dios y dice: v.27-28 “He pecado… Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos. Orad a Jehová para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y os dejare ir, y no os detendré más” Pero cuando la prueba finaliza, v.34-35 “Viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstino en pecar… y el corazón del Faraón se endureció, y no dejo ir a los hijos de Israel.

El reconocimiento y el arrepentimiento nacen en el tiempo de la tormenta; pero, muchas veces mueren en el tiempo de la calma y somos peores que antes.

Deuteronomio 9:7 Nuestra rebeldía provoca la ira de Dios. No vamos a quedar sin castigo por mentir a Dios. La promesa aunque haya sido hecha de manera muy imprudente, queda registrado en el cielo

Pero ¿Qué sucede cuando aceptamos el querer y cumplimos el hacer?

San Lucas 15: 11-24 Dios ha puesto a este joven en una gran prueba por revelarse contra su padre. Cuando ya no tiene nada busca a “sus amigos” quienes se burlan de él y le niegan toda clase de ayuda, busca un empleo digno y lo rechazan, hasta que un determinado ciudadano (v.15) decide darle empleo “el cual le envió a su hacienda para que apaciente a los cerdos”. Ahora bien, Levítico 11:7 el cerdo era considerado un animal inmundo y aunque abundaban en Palestina en los días del Señor Jesús (San Marcos 5:1-17), el alimentar cerdos era el peor empleo que pudiera haber conseguido; además, la paga era pésima a tal punto que v.16 “deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba”

Ahora, es ese estado, Dios pone en él lo que tiene que querer y lo que tiene que hacer. V.18-19 “Me levantare e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de tus jornaleros”… y lo hizo. Dios puso en él lo que tiene que querer y lo que tiene que hacer, y con las fuerzas de Dios lo cumplió.

¿Cuál fue el resultado? Su padre, movido a misericordia,  lo abrazo, lo perdono. V.24 “Este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse”

La pregunta es, ¿Esta mañana haz venido a la iglesia movido por Dios? Y cuando regreses a casa ¿Qué vas hacer?

LA PAZ DE DIOS.

Filipenses 4:7

“La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento”

Busco en un diccionario una definición para la palabra “entendimiento” y encuentro: es la capacidad de hacer ideas en la mente de una determinada realidad y relacionarlas entre si, la cual nos permitira aprender, comprender, juzgar o tomar decisiones.

Entonces, gracias al entendimiento, puedo comprender cualquier cosa. Sólo basta obtener la mayor cantidad de información y relacionarlas.

Humanamente hablando, cuando llego a entender o comprender se produce en el interior de la persona una aparente paz. Una pareja de esposos luego de mucha discusión entre ellos, deciden optar por el divorcio; ellos han tratado esta nueva etapa de sus vidas, ambos han entendido lo que es mejor para ellos y sus hijos, han llegado a un razonable acuerdo económico y de visita a los niños; ya no seran mas esposos, a partir de ahora tratarán de llevarse lo mejor possible y se esforzarán para que no les falte nada. Terminan en paz.

Aqui hay muchas preguntas que hacer: ¿realmente hay paz en el corazon de ellos? ¿la paz esta relacionada con el dinero, la salud o la familia? ¿esa paz es tan Hermosa que no la puedo comprender? ¿esa paz produce gozo y amor en el corazón?

Entiendo por que dicha pareja llegan a un “feliz acuerdo”, pero esa paz no los llena de gozo ni guiara sus corazones a una vida plena con Dios. Definitivamente, el apóstol San Pablo está hablando de otra clase de paz.

– Filipenses 4:7 Una paz que humanamente no la puedo comprender ni explicar, una paz que guardará mi corazón y mi pensamiento en Cristo Jesus; o como dice Colosences 3:15 “una paz que va a gobernar mi corazón. San Pablo la llama “La Paz de Dios”

La pregunta es, ¿Cómo puedo obtener esa Paz de Dios?

San Juan 14: 26-27 “El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, el os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da”

El Espíritu Santo en el corazón de las personas es la Paz de Dios, es entregada a nosotros por nuestro Señor Jesús.

Sinceramente no comprendo el amor de Dios por mi, porque siendo un gran pecador y habiéndolo rechazado muchísimas veces, nunca dejó de amarme, a tal punto que envió a su propio Hijo para que salde la deuda que yo tenia con EL, y recordemos que la paga del pecado es muerte; Cristo murió por mí. Por eso La Escritura dice: “La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento”(Filipenses 4:7).

Una observación muy importante y urgente, para recibir esta Paz de Dios, primero tenemos que reconocer que somos pecadores, segundo aceptar al Señor Jesus como nuestro Salvador Personal, luego Cristo nos dá su paz.

== La Paz de Dios lo primero que produce en nosotros es gozo. No solo creo que he sido perdonado, sino que tengo la certeza que he sido perdonado y ahora esa Paz de Dios guarda mi corazón y mi mente en Cristo Jesus. Cada paso que doy lo hago dirigido por EL y eso me produce gozo porque se que me esta llevando a la vida eterna.

Una paz sin gozo es en paz infeliz, llega a través de algún acuerdo económico, de salud o familiar. “Yo no os la doy como el mundo la da”, Cristo nos da su paz porque nos ama.

1 Juan 4: 7-8 “Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”

Dios es amor y cuando esta en nuestros corazones produce en nosotros amor. Amor a EL, amor a los demás.

Si me gozo en el Espiritu Santo y cumplo con lo que me ordena en Su Palabra. Si amo a Dios y ha mis hermanos de todo corazón, tengo la certeza que la Paz de Dios esta en mi Corazón.

Hechos de los Apóstoles 16: 19-32 Por predicar la Palabra de Dios Pablo y Silas fueron torturados, tratados como los peores delincuentes, encadenados y metidos a la carcel y muy posiblemente el día siguiente serían matados. Cualquiera podría pensar que ellos pasarían la peor noche, quejándose y llorando, y clamando por justicia y ya cansados se quedarían dormidos. Pero no, la Paz de Dios los sobreponía a todo aquello; aun en las peores condiciones, la Paz de Dios produce gozo y amor. Ellos estaban completamente seguros que Dios los está utilizando para lleva Su Palabras a todas las personas. Ellos pasaron toda la noche orando y cantando himnos y los presos los oían, y el carcelero también.

Satanás va a querer quitarnos dicha Paz de Dios, va a utilizar todos los medios posibles. Sólo recordemos: no va a poder por que esa Paz no es de él. Es de Dios, y Dios no las dió. El diablo no puede hacer nada contra ella.

¿Haz orado y Dios ha puesto Su Paz en tu corazon?