EL FARISEO Y EL PUBLICANO.

San Lucas 18:9-14

¿Se acuerdan de Jabes? En 1Cronicas 4:9-10. El derramo su alma a Dios e invoco su presencia en su vida. En su oración rogo por tres cosas: 1. Bendíceme. Salud o enfermedad, mejoras en el trabajo o desempleo. Haz que me acerque más a Ti. 2. Ensancha mi territorio. ¿Cuál es tu territorio?  ¿Tu familia?, ¿Tu trabajo?, ¿Tu relación con Dios? Y ese territorio, ¿Cómo está? Ensánchalo Señor para que TÚ puedas fluir siempre en él. 3. Que Tu mano esté conmigo y me libre del mal. No hay victoria ni crecimiento si la poderosa mano de Dios no está con nosotros… Y en la última línea del v.10 leemos: “Y le otorgo Dios todo lo que le pidió”

– La Palabra de Dios en esta mañana nos está presentando a otra persona que hizo exactamente todo lo contrario, y lo compara con otra que si se parece mucho a Jabes. La Biblia no revela el nombre de ninguno de los dos, solo dice que uno era un fariseo y el otro un publicano. Hablemos un poquito de ellos.

EL FARISEO. San Lucas 16:14-15 Eran avaros, burladores, se sienten justificados por sí mismos, todo esto por las muchas oraciones, ofrendas y ayunos que hacían (18: 11-12),.. Ya el Señor Jesús les había dicho sus “cuatro verdades” respecto a todo esto, San Mateo 6:2-4 respecto sobre el dar limosnas: “no toques trompeta… no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha…”, San Mateo 6:5 respecto a las muchas oraciones: “no seas como los hipócritas; porque ellos aman orar en las sinagogas… para ser vistos por los hombres, de cierto os digo que ellos ya tienen su recompensa”,   San Mateo 6: 16-18 “No seas como los hipócritas, no tienes que mostrarlo a los hombres”. San Lucas 18:9 Por su herencia judía y hacer todo lo que hacen se creen justos. Además, menospreciaban a las demás personas, por eso es que se pone lejos del publicano.

Una observación muy importante. Este fariseo está solo, ni siquiera esta junta a otros publicanos; por hacía mucho más de lo establecido por la ley. Parece sentir que Dios está en deuda con él, por eso soy justo.

EL PUBLICANO. También era judío, se había convertido en recaudador de impuestos, ha negado a su nación, ha renegado de su religión, ha dado la espalda a Dios. Todo eso por una profesión muy lucrativa. Como muchos. Ha acumulado mucha riqueza, pero siente que su corazón esta vacío. Está totalmente marginado por la sociedad y de la comunidad religiosa de Israel (San Lucas 5:30; 7:33-34).

EL SEÑOR COMPARA LA ACTITUD DE LOS DOS. San Lucas 18: 11-12 Una actitud arrogante, se separa de todos y mira despreciativamente al pobre publicano. Sus méritos religiosos lo hacen muy feliz, no tiene ningún pecado que confesar, ni necesidades espirituales que suplir. Seguro era una persona muy moral y buena, pero espiritualmente estaba perdido (Romanos 3: 12-25) confiaba en si mismos y creía no necesitar la misericordia y el perdón de Dios.

San Lucas 18:13 El si se puso lejos porque se sentía indigno de acercarse a Dios, el sí reconoce que es pecador, está muy dolido y arrepentido por todo lo que es; PERO, Isaías 57:15, para Dios esa es la mejor manera para acercarse a EL. A diferencia del fariseo, el sí está buscando ser justificado por Dios. “Dios se propicio a mí, pecador”. Ten compasión de mí que soy pecador; ten misericordia, perdona mis pecados.

Proverbios 28:13 “El que encubre sus pecados no prosperara;  más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Y esa es la diferencia entre ellos; Uno que se cree saberlo todo y cree estar bien con Dios por todo lo que hace; el otro que si sabe que está mal con Dios y arrepentido viene a EL

San Lucas 18:14 “Este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”

Romanos 10: 3-4 “El fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que en El cree” La ley ordena hacer esto o aquello, también, no hacer esto otro; pero el fin de todo esto es Cristo. Solo seremos justificados por la fe en EL.

¿QUE, PUES, HARA EL SEÑOR?

San Marcos 12:1-9.
12:1a “Entonces comenzó Jesús a hablar por parábolas…” ¿A quiénes el Señor comenzó a hablarles por parábolas? 11:27 a los principales sacerdotes, a los escribas y a los ancianos, es decir, al Sanedrín.
El SANEDRIN, era la Corte Suprema de Israel, compuesta por 71 miembros, encabezados por el sumo sacerdote y 70 personas prominentes de la nación. Estos últimos pertenecían a tres grupos: La aristocracia laica (la nobleza), la aristocracia sacerdotal, apoyados por la nobleza y estaban al frente del tribunal, y los eruditos, conformados por escribas y fariseos.
Directamente hablaba con ello, pero en 11:32 vemos que indirectamente hablaba con todo el pueblo que le seguía, que 11:28 no quieren reconocer la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo. Es decir, hablaba directamente con líderes religiosos que no estaban enseñando las Escrituras, sino sus conveniencias, legalistas y autosuficientes y a un grupo numeroso de incrédulos ‘que le seguían’.
12:1b “… un hombre planto una viña y la arresto a unos labradores” El Señor ha tomado un pasaje del Antiguo Testamento muy conocido por ellos, Isaías 5:1-7. Quien a plantado la viña es Dios mismo, y esa viña es Israel (v.7).
Dios eligió a Abraham, a Isaac y a Jacob y los hizo una raza separada para El.. Los libro de Egipto, los condujo a través del Mar Rojo, los alimento por cuarenta años en el desierto, los llevo, los cuido, los instruyo, de la misma manera que un padre lo hace con un hijo, los introdujo a una tierra donde fluye leche y miel en la que, como nación, pudiesen gozar de la prosperidad ininterrumpida. Solo les pidió: Que EL fuera su Dios, que no adoren ídolos y que obedezcan sus estatutos.
En los días del Señor Jesús, el Sanedrín estaba a cargo para que todo esto produzca fruto. Establecían el calendario de fiestas, regulaban el sistema religioso del país. Y ellos entendieron eso: son los actuales labradores para que esa nación prospere en el amor y el temor de Dios.
12:2a “A su tiempo”. Esto es llegado el tiempo de la cosecha, regularmente se requiere de unos cinco años para que la viña produzca a nivel comercial. Había llegado el tiempo de participar de las ganancias.
12:2b-5 “Envió a un siervo. Volvió a enviarle a otro siervo. Volvió a enviar a otro.” Para que recibiesen de los labradores el fruto de la viña. Pero no, los golpearon y hasta mataron, no entregaron nada a su Señor, se hicieron ladrones y asesinos, se creyeron ‘los dueños’ y nunca lo fueron.
Permítanme hacer un paréntesis, ‘parte del problema con el liderazgo religiosos, es que se hacho corrupto. Dicen al mundo lo que el mundo quiere escuchar y no lo que Dios quiere que digan’.
A través de siglos fueron los profetas los siervos enviados por Dios, pero cuando estos reprendían sus pecados, fueron perseguidos, encarcelados y muertos a filo de espada.
12:6-9 Dios en su infinito amor decide darles una nueva oportunidad. Él tenía un hijo, lo envió, pero siguió la misma suerte que los profetas. El máximo horror del pecado es cuando se escucha el grito ¡crucifícale!, ¡crucifícale!
Aquí hay una gran advertencia: Este Hijo es alguien muy amado por el Padre, él fue humilde y sufriente, tomo la forma de siervo y sin embargo, en El habitaba la plenitud de la deidad de Dios. Los labradores lo rechazaron y le dieron muerte, tu ¿Qué harías?.
¿Qué, pues, hará el Señor de la viña? El Señor deja que nuestra propia conciencia decrete el castigo.
12:9 “vendrá y destruirá a los labradores y dará la viña a otros”. En el pasaje paralelo de San Mateo 21:41 dice “a los malos destruirá sin misericordia y arrendara su viña a otros labradores”. Ese “OTROS” según Efesios 3:6 se refiere a la iglesia conformada por gentiles y judíos.
¿Saben cuál es mi temor? Que los nuevos labradores de la viña del Señor, también estemos fallando. Si es así, ¿Por cuánto tiempo más el Señor nos va a soportar? Un día estaremos sentados ante el Trono del Tribunal de Cristo, y EL nos hará preguntas como estas: Te ordene que hablaras en Mi Nombre, ¿hablaste mis palabras o las tuyas?, te ordene que dieras el mensaje de salvación a otros, ¿lo entregaste?
¿Qué hará el Señor Jesús conmigo o contigo cuando El regrese? El deja que nuestra propia conciencia decrete el castigo.