PIDE, ORANDO CON FE.

Predicado por Joel Barajas.

San Marcos 11:24 “Por tanto, os digo que todo lo que pidieres orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”

Para nosotros, los que hemos recibido al Señor Jesús como Salvador, nos es fácil pensar que todo hijo de Dios sabe orar, y de hecho, creemos que se postra de rodillas todas las mañanas para agradecer a Dios por el comienzo del día, y para suplicar a Dios por cada una de sus necesidades.

NOS RESULTARIA SORPRENDENTE SABER QUE NO ES ASI, estamos tan acostumbrados a recibir cada mañana con sus beneficios, tales como el sol, el aire, etc.; que cuando el día no es como nos gustaría, en lugar de orar, nos quejamos, si está muy caliente o frio, nublado o soleado.

El orden bíblico habla primero de tener fe en Dios. San Marcos 11:22, pero como algunos dan por cierto que Dios está a su servicio, comenzamos a pedir.

Pedir no es difícil para muchos, de hecho, les resulta cómodo, el Señor Jesús nos dice que al que pide se le dará. San Mateo 7:7 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” Esto no quiere decir que el que no trabaja pida comida y todos los beneficios del que si trabaja, o que el que está en la cárcel pida libertad.

Más aun, un hijo puede pedir a sus padres un auto último modelo, ¿Habrá que dárselo? O que pida no ser obligado a ir a la escuela. Porque si de acuerdo con la Palabra de Dios ‘al que pide se le dará’… ¡Que caos!

Para comenzar, pedir no significa exigir. Entender que lo que se está solicitando no es nuestro, no está en nuestra posición. En este caso, pedir es una súplica, un ruego, una convicción de algo que nos es necesario y no nos es fácil obtener y quizás, ni siquiera lo merecemos, lo que significa que pedir con convicción no significa que lo obtendrá; hacen falta más elementos y uno de ellos es saber pedir.

No puedo exigir, si puedo pedir, pero debo hacerlo con humildad, con sencillez, reconociendo que no es una obligación del dador otorgarlo, sino que está en su bondad el concederlo.

– Pedir en el nombre del Señor Jesús. San Juan 14:13 “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”

– Pedir con limpieza de corazón, siguiendo el ejemplo del Señor Jesús, quien en su vida como hombre pidió con humildad a Dios Padre.

– Pedir orando con fe. Primero, fe es creer en Dios, en Su eterno poder, Su amor y benignidad. Resulta imposible pedir a quien no conocemos. Hebreos 11:6 “Pero si fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”

– Orar pidiendo que nuestra oración sea acorde con la voluntad de Dios. San Juan 5:14-15 “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que ÉL nos oye en cualquier cosa que pedimos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” Y la única manera de conocer la voluntad de Dios es a través de Su Palabra. El Señor Jesús fue lo primero que dijo e hizo.

San Marcos 14:35-36 “Yéndose un poco más adelante, se postro en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mi esta copa; mas no lo que yo quiero, sino la que tú”

Cuando el Señor Jesús dice “tener fe en Dios, se refiere a creer que EL tiene todas las cosas en control, incluso las malas.

Si conocemos la voluntad de Dios, entonces podemos pedir, y lo que pidamos nos será otorgado porque está en su voluntad. La única manera de saberlo es leyendo Su Palabra y estar en santidad para ser guiados por Su Espíritu.

El último requisito para estar en la voluntad de Dios es perdonar si queremos ser escuchados, se nos ordena que no haya enojo en nuestras vidas, que no haya rencor ni resentimiento; porque no podemos pedir cuando deseamos mal a alguien, o no queremos quitar la carga de otros. Entonces, para pedir es necesario perdonar.

San Mateo 6:9-12 “Vosotros, pues, orareis así: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, no como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día. Dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”

 

ESPIRITU DE ENFERMEDAD.

San Lucas 13: 10-17.

En tiempos del Antiguo Testamento algunas enfermedades mortales eran consideradas consecuencia del pecado.

Éxodo 23:25 “Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitare toda enfermedad de en medio de ti”

Levítico 26:14,25 “Pero si no me oyereis, ni hacéis todos estos mis mandamientos…Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviare pestilencia entre vosotros”

A raíz de esto, los enemigos hablaban mal de algún buen hombre enfermo, sólo con el propósito de desprestigiarlo. – Salmos 41:7-8 “Reunidos murmuran contra mi todos los que me aborrecen; contra mi piensan mal, diciendo de mí: Cosa pestilencial se ha apoderado de él; y el que cayó en cama no volverá a levantarse”. Disculpen un paréntesis, los que susurran (los chismosos) se cuentan entre los peores pecadores, Romanos 1:29-30, crean tremendas historias.

Hebreos 13:4 “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgara Dios”

Las enfermedades graves, como el Sida, son el resultado del pecado, la homosexualidad, la perversión, el abuso de drogas, son consecuencias del haberse apartado de Dios; y no hay curación para ellos, a menos que se acerquen a Dios y lo acepten como su salvador personal.

Hay casos de personas muy temerosas de Dios que de manera indirecta e involuntaria también contraen enfermedades graves, posiblemente por transfusión de sangre, o por tener sus defensas muy débiles, o por herencia. Si hay algo de muy mal gusto para el enemigo de nuestras almas es que seamos hombres y mujeres fieles a Dios. Él detesta este tiempo en la iglesia, él detesta que estemos cantando alabanzas a Dios, él detesta que leamos y escudriñemos las Santas Escrituras, él detesta que busquemos hacer la voluntad de Dios. Él sabe que una de sus mejores armas es enviarnos enfermedades… por eso, los hijos de Dios debemos estar en constante oración.

A esas enfermedades que son enviadas por Satanás a los fieles hijos de Dios, el médico San Lucas, llama ‘espíritu de enfermedad’

San Lucas 13:10-11 “Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar”

Esta historia está sucediendo dentro de una congregación, lo que me hace pensar que esta dama es una fiel seguidora de las enseñanzas del Señor Jesús. A esta mujer, Satanás lo tiene atada por dieciocho años, y esta no se puede enderezar. Cristo conoce su mal y lo que ella está sufriendo, no le hizo pregunta alguna, sólo la sano.

A usted, que es un fiel servidor de Dios, permítame hacerle una pregunta, ¿el enemigo de nuestras almas ha puesto en usted algún espíritu de enfermedad y lo mantiene encorvado? Y no necesariamente me estoy refiriendo a alguna enfermedad del cuerpo; puede ser una enfermedad del alma o del espíritu que lo tiene encorvado, sin poder mirar al cielo y ver a Dios disminuyendo su fe.

La buena noticia es que Dios lo quiere sanar hoy. Tal vez tengas mucho tiempo sufriendo un puñal en el corazón; no dejes que lo malo corroa tu espíritu y doblegue tu fe. Cristo te quiere sanar hoy. Santiago 5:15 “La oración de fe salvara al enfermo, y el Señor lo levantara”

Dios te bendiga ricamente.

APROVECHE, UNA GRAN OPORTUNIDAD.

San Mateo 26: 36-46.

“Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní”

¿De dónde llegó Jesús y qué ha estado haciendo?

– San Mateo 26:30 “Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos”

El Señor Jesús y todos sus discípulos han participado de un precioso Servicio, “La Institución de la Cena del Señor”; el cual terminó cantándose un himno. Muy bendecidos se dirigieron al monte de los Olivos, situado al este de Jerusalén, aproximadamente una hora de camino.

El Señor utilizó este lugar para hacer anuncios muy importantes y más adelante lo usa para ascender al cielo. San Mateo 24:1-3 “Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo el, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedara aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. Y estando sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas, y que señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?” Hechos 1: 11-12 “¿Por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar”

En la falda de este monte se encuentran los jardines de Getsemaní, lugar donde acostumbraba reunirse con sus discípulos para orar, más adelante se convertiría el lugar donde seria traicionado, entregado y arrestado (San Mateo 26:47-56)

– A estas alturas, más de tres años con sus discípulos y a pocas horas de ser arrestado, sus seguidores no han entendido nada de los acontecimientos que están por suceder.

San Mateo 26: 36b-37 “Y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera”

San Mateo 4:21 “Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano” Pedro, Juan y Jacobo; tres con quienes tenía una relación muy estrecha, los llamó para expresarles el dolor muy grande que sentía por ellos y por todos los demás y al mismo tiempo para ofrecerles la gran oportunidad que demuestren su fidelidad.

San Mateo 26:38 “Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo”

“Mi alma está muy triste, hasta la muerte”

Mi ALMA, es el “yo” inmaterial del hombre en sus relaciones normales con las cosas terrenales y físicas; es la “mente” en sus funciones racionales; es el “corazón” cuando se relaciona con nuestras actitudes; es la “voluntad” cuando elije y decide. Esta expresión: “Mi alma”, demuestra que el Señor Jesús, Dios mismo, es también cien por ciento humano; y como tal sufrió.

– ¿Cuál fue el grado de su dolor? “Comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera” Dolor al más alto grado, incluso, “hasta la muerte”

– ¿Hasta cuándo durara ese dolor? Desde cuando el pecado llegó a la humanidad, y continuará hasta la muerte. Así fue anunciado en las Escrituras.

Isaías 53:3 “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos” No encuentro un pasaje en las Escrituras donde Él se esté riendo por algo.

“Quedaos aquí, y velad conmigo”

En su dolor muy intenso, Él busca amigos muy cercanos y amados, les confiesa su dolor y les ofrece la oportunidad de ellos también demostrar cuanto aman a su Señor.

San Mateo 26:39a “Yendo un poco más adelante, se postro sobre su rostro, orando…”

Se retiró de ellos. Un alma con problemas encuentra mayor facilidad de comunicarse con Dios, estando a solas con Él; le presenta sus preocupaciones, sus miedos, sus esperanzas y sus alegrías; y la postura que adopta expresa su agonía pero también su humildad y temor reverente para dirigirse al Padre.

“… y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mi esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”

Por más duro que sea el dolor, por más gruesa que sea la nube de nuestra necesidad; nunca dejemos de ver a Dios como nuestro Padre.

A su dolor intenso hasta la muerte, llama “esta copa”. No un rio, no un mar. Una copa. Si somos fieles a Dios veremos el fondo de nuestra necesidad, allí esta Él.

Cristo le suplica que si es posible, pueda evitar los sufrimientos o al menos acortarlos, pero al mismo tiempo se somete a la voluntad del Padre. Su voluntad está sujeta a la voluntad del Padre. Hizo lo que hizo con deleite, porque esa es la voluntad del Padre.

Cuando Jesús ora por segunda y tercera vez ya no pide “pase de mi esta copa”. Aunque podemos orar a Dios para eliminar alguna aflicción, nuestra insistencia mayor debe ser “danos gracia para soportarlo”

Dios te bendiga ricamente.

INTERCESION.

Hechos 12: 1-11.

“En aquel mismo tiempo” En este caso específico, se está refiriendo al tiempo de los inicios de la iglesia cristiana, donde hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo, no dejaban de predicar del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y la iglesia crecía cada día.

Todo inicio es muy duro especialmente cuando hay mucha oposición, cuando hay personas que sienten que sus intereses están en riesgo de perderse.

“En aquel mismo tiempo”, fue el tiempo cuando más se golpeó a la iglesia. Desde el rey y todos los que podían, se opusieron a esta nueva doctrina de salvación.

Hechos 12:1 “En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles”

Este rey Herodes, es Herodes Agripa I, nieto de Herodes el Grande, quien por motivos estrictamente políticos, no religiosos, mucho menos espirituales, era un estricto practicante del judaísmo. Ay, como me hace recordar a muchos “celosos de los asuntos de Dios” en la iglesia en general de hoy en día. Religiosos por interés, de este tema se puede obtener muchos ejemplos.

Lo cierto es que por buscar que agradar a la gran mayoría, que después los va a necesitar; Herodes Agripa I, hizo de las peores atrocidades, que iglesia alguna haya podido soportar.

Hechos 12:2 “Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan”

Han pasado aproximadamente cuarenta años de la crucifixión de nuestro Señor Jesucristo; ahora el método de muerte más humillante, indigno y despreciable, es la decapitación, “volarle” la cabeza con una espada al sentenciado.

Gálatas 1:18-19 “Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con el quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo, hermano del Señor”

Jacobo era un líder muy importante de la naciente iglesia, es considerado el autor fe la Epístola de Santiago; junto con su hermano Juan y Pedro, formaron el círculo íntimo de discípulos del Señor Jesús (San Marcos 5:37), acabar con todos ellos, le daría a Herodes gran popularidad y fortuna, lo que es más, al maltrato agrado a los judíos.

Hechos 12:3 “Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro”

Y mientras todo esto sucedía, ¿Qué hacia la iglesia?

Hechos 12:5 “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacia sin cesar oración a Dios por él”

El propósito de la oración es, pasar un tiempo con Dios; conversar con Él.

Dios ama a aquellas personas por quienes venimos orando, incluso, mucho más que nosotros mismos; Dios quiere bendecirlos, pero muchas veces somos nosotros, los que estamos intercediendo, quienes hacemos que Dios responda de una manera diferente.

Isaías 59:1-2 “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”

Hechos 12:6-11 “… Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba”

Si oramos por alguien, pero en nuestras vidas hay pecado, lo único que estamos logrando es apartar la bendición de Dios para esa persona.

Dios te bendiga ricamente.

DOS EVENTOS SIMULTANEOS.

San Mateo 21: 1-17.

Quinientos años antes de Cristo, el profeta exhortó lo siguiente: Zacarías 9:9 “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna”. El mundo lo sabía y lo esperaba.

También era una práctica de todos los años, el dar la bienvenida a los peregrinos que llegaban a Jerusalén para la Pascua; la multitud los recibía recitándoles alguna porción de los Salmos 113 al 118; en esta oportunidad y a diferencia de todas las otras, las expresiones de alegría y voces de júbilo están dirigidas a una sola persona, a Jesús. Además, al colocar mantos sobre los animales, mantas sobre el camino y tender ramas por todo su recorrido, demuestran que están honrando al Señor  Jesús como un verdadero rey.

El Salmo 118 profetiza al Mesías. V. 25 “Oh Jehová, sálvanos ahora” La palabra Hosanna significa ‘Sálvanos ahora’. V.26 “Bendito el que viene en el nombre de Jehová”. Con esas voces y de esa manera, clamó la multitud de Jerusalén, recibiendo a su Rey profetizado.

Permítanme, en esta oportunidad, hacer énfasis en dos eventos que sucedieron casi inmediatamente: (1) La reacción de las personas al tener a Cristo muy cerca, y (2) la reacción de Cristo al tener a las personas muy cercas.

San Mateo 26:10 “Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió”. Algunos llenos de alegría porque esperaban la Consolación de Israel, otros, especialmente los religiosos de la época, llenos de envidia e indignación. Hoy en día, ¿no sucede lo mismo cuando nuestro Señor Jesucristo está cerca? Unos lo aceptan y otros lo rechazan. En este mismo momento Él está en medio de nosotros (San Mateo 18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos), ¿sientes gozo o rechazo?

“¿Quién es éste?”… ¡¡¡El Santo es desconocido en la ciudad santa!!! San Lucas 19: 41-42 narra lo que sucedió inmediatamente, “cuando llego cerca de la ciudad, al verla, lloró por ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos”. Cuando nos acercamos a Cristo Él quiere entrar en nuestras vidas, nosotros tenemos cualquiera de dos posibilidades: (1) desconocerlo, rechazarlo, no aceptarlo y hacer que El llore “¡OH, si también tu conocieses, a lo menos en este día, lo que es para tu paz!, o (2) Reconocerlo como único y suficiente Salvador personal y hacer que EL se goce (“Hay alegría en el cielo por cada alma que se arrepiente”)

Pero el pueblo tiene más conocimiento que las autoridades religiosas, y dijeron, “Este es Jesús el profeta”. Lo han visto hacer milagros, han escuchado sus enseñanzas, ahora lo están recibiendo como el rey prometido, ¿pero lo están recibiendo como el Mesías prometido? Jesús sabía que no. De allí que cuando entra a Jerusalén no va al palacio real, o a la corte del rey, que es lo que todos esperaban.

San Mateo 21: 12-13 “Y entro Jesús en el templo de Dios” ¡Porque su Reino es espiritual! ¡Es en las cosas santas que Él gobierna y es en el templo donde ejerce toda autoridad! Pero antes de manifestarse como el Gran Redentor, va a mostrarse como el Gran Reformador.

Hablando en singular, nuestro cuerpo es el templo de Dios, y lo que el Señor quiere hacer con cada uno de nosotros, es darnos la redención, pero antes quiere que cambiemos cosas que nos están estorbando para recibir el perdón de nuestros pecados.

En este caso lo hizo expulsando a quienes habían convertido la Casa de Dios en cueva de ladrones. Ojo, no confundamos, Comprar, vender o cambiar dinero, son cosas legítimas y decentes, pero mal colocadas pueden convertirse en pecado.

El Sumo Sacerdote y su familia eran los dueños de esos puntos de venta, originalmente fue para ayudar a los que venían de muy lejos y no podían traer sus animales para el sacrificio, pero necesitaban cambiar su dinero por la moneda del templo, y aquí se cobraba precios exagerados. Si alguno traía su propio animal, los inspectores de los sacerdotes le encontraban algún defecto y tenían que comprar otro animal y a un precio exagerado. Todo esto originó el enojo en el Señor Jesús. Ojo, ojo, el enojo no es pecado, si lo fuera El Señor lo hubiera dicho (Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis”)

Isaías 56:7 “Mi casa será llamada Casa de Oración” ¿Cuándo esa Casa se convierte en cueva de ladrones? Cuando se hace piedad disimulada, donde se esconde y refugia el falso creyente, o, cuando el templo se convierte en un mercado, o, cuando usamos cualquier otra forma para sacar dinero a las personas. Todo eso reformó el Señor Jesús. El templo, usted, yo la congregación, fue diseñada para ser Casa de Oración.

Jesús es el Mesías Prometido, en este momento está en medio de nosotros, puedes aceptarlo o rechazarlo; puedes darle una sonrisa o hacerlo llorar. Él quiere limpiar tu vida. Tú decides.

Dios te bendiga ricamente.

A DIOS CON HUMILDAD.

Salmos 137: 1-6. Nehemías 1: 1-6.

Los Salmos son canciones de alabanza, expresan alegría, fe, esperanza, confianza; pero este Salmo no. Este es un Salmo Histórico y registra un periodo del pueblo de Israel que ningún otro libro del Antiguo Testamento relata: La historia de la nación de Israel durante los setenta años de su cautividad en Babilonia.

Aunque algunos habían logrado cierta estabilidad social, política y económica. Recordemos a Daniel, quien se hizo un gran líder en Babilonia, Esther, que fue reina de Persia, Nehemías, que fue copero del rey de Persia, y muchos otros de los cuales eran pocos los que pensaban regresar a Jerusalén. Muchos de los cuales, cuando salían de campin a algún rio de Babilonia:

Salmos 137:1 Se sentían derrotados y lloraban. Fueron ‘sacados’ de su ciudad por su rebeldía o pecado contra Dios.

v.2 “Sobre los sauces, en medio de ella, colgamos nuestras arpas” Perdieron el deseo de cantar, sus canciones y sus alabanzas a Dios, pertenecían al pasado. Hoy solo lloran y se lamentan. ¡Qué triste situacio0n, a donde podemos llagar cuando nos apartamos de Dios!

v.3 Nos pedían alegría, diciendo: cántanos algunos de los cánticos de Sion” Este pueblo muy era conocido por muchos países porque era el único que tenía un templo dedicado al Único y Verdadero Dios y cantaban hermosas alabanzas, se hablaba de ello como “el canto de Israel”. Ahora están cautivos en Babilonia y los habitantes de esa ciudad quieren escucharles… pero ellos habían “colgado sus arpas”. Ahora en lugar de cantar, lloran.

v.4 “Como cantaremos” Nuestra ciudad está lejos y reducida a cenizas, por favor, no nos pidan que cantemos. Desanimo, desilusión. Todo comenzó cuando pecaron alejándose de Dios.

V.5-6 Pero en medio de todo aquello, ellos hacen una promesa a Dios: “Nunca nos olvidaremos de Jerusalén”, queremos volver.

= Luego de setenta años de cautiverio, tienen la oportunidad de regresar. De los tres millones que fueron llevados a Babilonia, solo regresaron cincuenta mil; menos del 2%. Cien años después, 444 AC.:

Nehemías 1:2-3 Nehemías, el copero del rey, por lo tanto muy querido y estimado, judío nacido ya en el exilio, enseñado por sus padres a adorar a Dios y a querer la ‘tierra de sus padres’; físicamente estaba en aquel país extranjero, pero su corazón estaba en Jerusalén. Hanani, su hermano que había ido y regresaba de Jerusalén, le comento a Nehemías: “el remanente está en gran mal y afrenta y el muro de Jerusalén sigue derribado y sus puertas quemadas al fuego”

v.4 Al oír esto se fueron sus fuerzas, se sentó y lloró, ayunó u oró… No se quejó, tampoco pidió que encuentren a los responsables. Él se involucra con Dios, humildemente.

v.5 “Te ruego, oh Jehová” Al presentarse al Señor con toda humildad, lo primero que sucede es, darnos cuenta que estamos ante el Fuerte, Grande, Temible; frente ante el que guarda el pacto y su misericordia a los que le aman.

v.6a Esa humildad también nos hace reconocer que dependemos completamente de Dios, Él quiere ayudarnos y si solo logro que me escuche, bendecirá mi vida. Por eso ora: “este atento tu oído y abierto tus ojos para oír la oración de tu siervo”

– Permítanme un paréntesis. ¿Por qué a veces Dios no nos oye?

. Isaías 59: 1-2 “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”.

. Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”.

v.6b Esa humildad nos lleva a confesar nuestros pecados: “yo y la casa de mis padres hemos pecado”. OJO, el no forma parte del pueblo que por su pecado Dios permitió que fueran llevados de esclavos a Babilonia, el nació en el exilio, pero reconocido que estar lejos de Dios es pecado.

2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”

La oración de Nehemías es una oración de esperanza. Él está seguro que Dios va hacer algo, va a perdonar a su pueblo, que en medio de la desesperación va atraer bendición.

– La pregunta es: ¿nosotros, oramos en la esperanza que Dios nos va a bendecir?, si la respuesta fuere SI, entonces, ¿estamos buscando rostro y la voluntad de Dios, o estamos tomando nuestras propias decisiones?

Dios te bendiga ricamente.

EL FARISEO Y EL PUBLICANO.

San Lucas 18:9-14

¿Se acuerdan de Jabes? En 1Cronicas 4:9-10. El derramo su alma a Dios e invoco su presencia en su vida. En su oración rogo por tres cosas: 1. Bendíceme. Salud o enfermedad, mejoras en el trabajo o desempleo. Haz que me acerque más a Ti. 2. Ensancha mi territorio. ¿Cuál es tu territorio?  ¿Tu familia?, ¿Tu trabajo?, ¿Tu relación con Dios? Y ese territorio, ¿Cómo está? Ensánchalo Señor para que TÚ puedas fluir siempre en él. 3. Que Tu mano esté conmigo y me libre del mal. No hay victoria ni crecimiento si la poderosa mano de Dios no está con nosotros… Y en la última línea del v.10 leemos: “Y le otorgo Dios todo lo que le pidió”

– La Palabra de Dios en esta mañana nos está presentando a otra persona que hizo exactamente todo lo contrario, y lo compara con otra que si se parece mucho a Jabes. La Biblia no revela el nombre de ninguno de los dos, solo dice que uno era un fariseo y el otro un publicano. Hablemos un poquito de ellos.

EL FARISEO. San Lucas 16:14-15 Eran avaros, burladores, se sienten justificados por sí mismos, todo esto por las muchas oraciones, ofrendas y ayunos que hacían (18: 11-12),.. Ya el Señor Jesús les había dicho sus “cuatro verdades” respecto a todo esto, San Mateo 6:2-4 respecto sobre el dar limosnas: “no toques trompeta… no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha…”, San Mateo 6:5 respecto a las muchas oraciones: “no seas como los hipócritas; porque ellos aman orar en las sinagogas… para ser vistos por los hombres, de cierto os digo que ellos ya tienen su recompensa”,   San Mateo 6: 16-18 “No seas como los hipócritas, no tienes que mostrarlo a los hombres”. San Lucas 18:9 Por su herencia judía y hacer todo lo que hacen se creen justos. Además, menospreciaban a las demás personas, por eso es que se pone lejos del publicano.

Una observación muy importante. Este fariseo está solo, ni siquiera esta junta a otros publicanos; por hacía mucho más de lo establecido por la ley. Parece sentir que Dios está en deuda con él, por eso soy justo.

EL PUBLICANO. También era judío, se había convertido en recaudador de impuestos, ha negado a su nación, ha renegado de su religión, ha dado la espalda a Dios. Todo eso por una profesión muy lucrativa. Como muchos. Ha acumulado mucha riqueza, pero siente que su corazón esta vacío. Está totalmente marginado por la sociedad y de la comunidad religiosa de Israel (San Lucas 5:30; 7:33-34).

EL SEÑOR COMPARA LA ACTITUD DE LOS DOS. San Lucas 18: 11-12 Una actitud arrogante, se separa de todos y mira despreciativamente al pobre publicano. Sus méritos religiosos lo hacen muy feliz, no tiene ningún pecado que confesar, ni necesidades espirituales que suplir. Seguro era una persona muy moral y buena, pero espiritualmente estaba perdido (Romanos 3: 12-25) confiaba en si mismos y creía no necesitar la misericordia y el perdón de Dios.

San Lucas 18:13 El si se puso lejos porque se sentía indigno de acercarse a Dios, el sí reconoce que es pecador, está muy dolido y arrepentido por todo lo que es; PERO, Isaías 57:15, para Dios esa es la mejor manera para acercarse a EL. A diferencia del fariseo, el sí está buscando ser justificado por Dios. “Dios se propicio a mí, pecador”. Ten compasión de mí que soy pecador; ten misericordia, perdona mis pecados.

Proverbios 28:13 “El que encubre sus pecados no prosperara;  más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Y esa es la diferencia entre ellos; Uno que se cree saberlo todo y cree estar bien con Dios por todo lo que hace; el otro que si sabe que está mal con Dios y arrepentido viene a EL

San Lucas 18:14 “Este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”

Romanos 10: 3-4 “El fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que en El cree” La ley ordena hacer esto o aquello, también, no hacer esto otro; pero el fin de todo esto es Cristo. Solo seremos justificados por la fe en EL.

¡OH, SI ME DIERAS BENDICIÓN…!

1 Crónicas 4:9-10.

Estoy pensando en aquellas familias que por algún motivo tiene problemas con sus hijos; problemas físicos o problemas sociales

– Él bebe estar por nacer y el doctor le dice que la criatura viene con algún problema serio y usted tiene que tomar una decisión: lo pierdo (abortando), o lo tendré que cuidarlo de manera muy espacial por toda su vida. O, el bebe nació bien, sin problemas su salud, pero al crecer descarrila descarrila su vida y muchas de la veces avergüenza a su familia.

– Cualquiera sea el caso, la vida va a ser muy difícil, especialmente para los hijos y padres. Tal es el caso de este personaje que de un momento a otro Dios lo pone en la Biblia: Jabes. No dice quiénes son sus padres ni quienes sus hermanos, tampoco estoy seguro si ese es su nombre, v.9 “al cual su madre llamo Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor”. Ojo, no dice “con dolor”. ¿Algún mal recuerdo?, ¿Un hijo inesperado?, ¿Algún problema físico al nacer?

¿Si fue “parto con dolor” o “parto en seco”? Esto sucede cuando la madre sufre perdida del líquido amniótico antes del alumbramiento, por lo tanto es muy doloroso y peligroso por posibles infecciones o alteraciones en el bebe por nacer: bajo de peso o algún otro mal que va a requerir un cuidado muy especial, y la gente y algunas veces la misma familia lo señala y lo aísla, causando menosprecio, lastima o rechazo.

¿Saben qué?, Jabes en lugar de aislarse o deprimirse, toma la determinación de cambiar el rumbo de su vida. Aunque su madre lo asocio con el dolor, él no quiere que su vida sea un fracaso pero sabe también que humanamente no lo va a lograr y busca la ayuda de Dios. El hijo que causo dolor: v.9 “Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos”. Ilustre significa honrado, distinguido, importante.

Sin la bendición de Dios el futuro es incierto, no permitamos que los obstáculos nos detengan. Recordemos que uno más grande está con nosotros: Dios.

V.10 “E invoco al Dios de Israel”. Invocar es: Rogar, orar, clamar, derramar su alma al Dios de la Biblia

¿Sientes que hasta aquí Dios te está bendiciendo, o sientes que so se acuerda de ti? Recuerda que el paso más importante que debes dares “derramar tu alma a Dios”. Lo imposible para nosotros, es posible para Dios.

= Es importante escuchar la oración de Jabes:

  1. “Oh, si me dieras bendición”. No está pidiendo por su salud o por un mejor trabajo; solo dice “bendíceme”, Dios, Tú decides la bendición que me vas a dar, solamente permite que sea bendición para otros. Cualquier cosa que me quieras dar, salud o enfermedad, trabajo o desempleo; “si me acercan a Ti” comprenderé que es una bendición tuya.
  2. “Ensancha mi territorio”. ¿Cuál en tu territorio?; ¿Tu familia, tu trabajo, tu relación con Dios? Y También, ¿Cómo está tu territorio?; ¿Con éxito o fracasado? Recuerda, Dios se manifiesta con los que       quieran ensanchar su territorio. Jabes ya es más ilustre que sus hermanos, pero “su territorio” (su relación con ellos) ¿Cómo está?
  3. “Y si Tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal”. Oh, cuan poderosa es la mano de Dios (Josué 4:24) y si está conmigo todos van a saberlo y van a temerle. No hay victoria, no hay crecimiento si la mano de Dios no está con nosotros. Vivir sin su protección, es vivir atrapado por el mal.

“Y le otorgo Dios lo que le pidió”. ¿Sentimos que Dios nos está bendiciendo?, al igual que Jabes sigamos orando por conservarlas y ensanchar nuestros territorios. Recuerda, Satanás estará buscando terminar con todo, cuando mayor sea nuestro triunfo, mayor es la oportunidad de fracaso.

LA ORACION. (2) VENGA TU REINO. (3) HAGASE TU VOLUNTAD, COMO EN EL CIELO, ASI TAMBIEN EN LA TIERRA.

-San mateo 6:10.
Notemos que el Señor Jesucristo está dando esta enseñanza a sus seguidores. Dios quiere bendecir a sus pueblo, pero requiere que nosotros, primero, busquemos el Reino de Dios y su justicia (San Mateo 6:33).
– “Padre nuestro que estas en los cielos”. Cuando oramos, ¿frente a quien estamos?.. Frente al único Dios que su sola presencia cubre toda la tierra, las nubes y el firmamento, y además de todo eso, es nuestro padre. Isaías 64:8 Jehová, tu eres nuestro padre… obra de tus manos somos todos nosotros”. A EL tenemos que dirigirnos con reverencia.
Dios va darnos sus bendiciones, pero antes, el Señor Jesús nos enseña que, (1) Santifiquemos su nombre, (2) clamemos que “venga su reino”, (3) Pidamos que se haga su voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
– “Santificamos su nombre” cuando le damos adoración, reverencia, y actuamos de acuerdo a lo que es su voluntad.
– “VENGA TU REINO”. Hay reinos que ejercieron y algunos aun ejercen su poder. Hay reinos grandes y poderosos, otros más pequeños. Cuando el Señor Jesús nos enseña que debemos clamar “venga tu reino”. ¿Es porque cree que falta una formas más especial o diferente de gobierno?, ¡NO! Pensemos en dos cosas:
– San Lucas 17:20-21 El reino de Dios ya está aquí. Jesucristo es la voluntad de Dios para toda la humanidad. Él es la Justicia de Dios. Él mismo es Dios. Luego que ascendió al Cielo, y luego del derramamiento del Espíritu Santo, los atributos del reino de Dios quedaron representados en la Iglesia. Para nosotros, en la actualidad, todos los creyentes formamos el reino de Dios aquí en la tierra. Donde reina la Voluntad de Dios, donde reina la Justicia de Dios, donde el Nombre de Dios es glorificado.. Allí hay una manifestación del reino de Dios.
– Daniel 2:44 “El Dios del cielo levantara un reino que no será jamás destruido.., y consumirá a todos los otros reinos y permanecerá para siempre”. Un solo Reino, un solo Rey. No más fronteras. No más idiomas. No más religiones, sociedades, economías. Todo humano desaparecerá, pero reinara la paz, el amor, la justicia.
== > Venga tu reino. Podemos disfrutar de Ello, desde ahora y en la eternidad. PERO, hay un requisito, y lo enseña el mismo Señor Jesucristo en San Juan 3:3, “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Notemos que en San Lucas 17:20-21 el Señor Jesús esta frente a los fariseos (personas que seguían a Jesús, pero no con el fin de adorarle); nunca lo vieron porque no nacieron de nuevo.
– “HAGASE TU VOLUNTAD, COMO EN EL CIELO0, ASI TAMBIEN EN LA TIERRA”. ¿Cuál es la voluntad de Dios?. Que vivamos en paz, en armonía, que glorifiquemos su nombre.
Es la corrupción, la violencia, los odios, los crímenes, las guerras, el pecado; ¿la voluntad de Dios para nuestras vidas?. Definitivamente NO. Al pedirle a Dios que haga su voluntad en nosotros, le estamos diciendo: “Señor transfórmame, de tal manera que cuando venga tu reino, yo esté libre de pecado”.
1 Juan 3:2-3 “Cuando Él se manifieste, seremos igual a Él”. Que no haya nada, al igual que en el cielo, que impida se haga la voluntad de Dios. Nuestra responsabilidad es hacernos disponibles para que EL gobierne nuestras vidas. ¿Está usted dispuesto?