San Lucas 1: 26-38.
Este pasaje de Las Escrituras muchas veces es utilizado para hablar del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, o para hablar de la bendición de Dios a Su madre. Para hoy lo creo muy oportuno para resaltar algunas características de una parejita de enamorados.
José y María. Un hombre y una mujer en edad para contraer matrimonio, dos familias diferentes, no sé si sean del mismo pueblo, pero ya se han hecho novios. San Lucas 1:27 “una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María”
Desposados, novios, no completamente casados, la mejor oportunidad para conocerse. Comienzan a salir juntos, pasean, hablan, se visitan las familias. La mejor oportunidad para comenzar a orar juntos. Dios no debe estar ausente, mayor aún, si el sentimiento de ambos es llegar al matrimonio y formar una familia. José y María oraron y luego que Dios los aprobó, recién fueron una familia.
San Lucas 1:30-31 hablando a María: “30Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS”. Hablando a José: San Mateo 1:20-21 “he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS”
Dios habla con cada uno. El amor que se tienen ha superado todo obstáculo, y ellos sí que tuvieron uno y muy fuerte.
San Mateo 1:18-19 “18El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente”
José se da cuenta que María está embarazada y ella no lo niega. Ella sabía del origen divino, pero ¿Cómo demostrarlo? Que gran decepción para José. Permítanme detenerme. Problemas y decepciones pueden venir muchas y de diferentes maneras, de allí la importancia de no dejar de orar. Dios no debe estar ausente en una relación.
Cosas y cosas le vienen a la cabeza, pero jamás quiso pagar mal por mal. Su amor hacia ella fue real y sincero “como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente” Cuando la prueba quiere rompernos el corazón, Dios contesta. ”No temas recibir a María” Que bonito, después de una etapa de noviazgo, larga o corta no lo sé, Dios habla a ambos para que sean una familia. Que excelente ejemplo de cómo se debe llegar al matrimonio.
Hebreos 13:4 “Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla”
A quienes todavía no se han casado, la invitación es que busquen la dirección de Dios para que su matrimonio sea honroso. Y a quienes ya estamos casados, igual. Que feo cuando en el matrimonio no nos respetamos. El lecho sin mancilla, es mantener una conducta moral, de amor y respeto mutuo. Pero además del respeto mutuo, hay algunas otras cositas que debemos hacer para que nuestro matrimonio sea honroso.
1 Timoteo 5:8 “Si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”
Y esto es muy común, especialmente cuando no tenemos a Dios en el hogar, somos los mejores amigos, los mejores confidentes… pero ¿en la casa? Es allí donde debemos ser proveedores; no solo de la alimentación, el vestido, la educación y la salud. Dios quiere que también seamos proveedores de afecto, amor limpio y sincero; que aportemos alegría, que aportemos preocupación y el consejo oportuno. Eso es el matrimonio y finalmente la familia.
Dios te bendiga ricamente.