COMENZO EN EL DESIERTO.

San Mateo 3:1-6.

San Mateo 3:1 “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea”

San Lucas 1:5 “Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet”

Es interesante notar que Juan el Bautista siendo un sacerdote descendiente de Aarón nunca lo encontramos predicando en el templo, mientras que Cristo sin ser de la orden de Aarón a menudo lo encontramos en el templo. Dice Malaquías 3:1 “y vendrá súbitamente a su templo”; lo que me permite confirmar que el sacerdocio de Cristo da por terminado el sacerdocio del Antiguo Testamento; lo conduce al desierto y es allí donde comienza la presentación del evangelio de Cristo.

Aunque el desierto de Judea no era un desierto deshabitado, ya que tenía ciudades y aldeas, pero si el calor y la poca agua son sofocantes. Desde Malaquías han pasado más de trecientos años y no tienen profeta que les hable. El desierto no solo es un lugar muy difícil para vivir; lo más terrible es que también están sobreviviendo un desierto espiritual; no han tenido el Agua (la Palabra de Dios) por más de tres siglos y se están muriendo.

Allí, en el desierto, Juan enciende las luces que han estada apagadas por tanto tiempo, presenta el Agua de Vida, allí les predica. Y ¿Qué es lo que les predica?

San Mateo 3:2 “y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”

Hechos 17:30 “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”

Les predica el arrepentimiento para el perdón de sus pecados y la posterior salvacion por la fe. “Dios ordena a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan” Eso nunca se había escuchado. Comienza a predicarse en el desierto de la vida, en el desierto de nuestra vida.

Arrepentimiento es cambiar de vida, es dejar todas aquellas prácticas que dañan nuestra relación con Dios. Arrepentimiento es dejar la hipocresía, la falsedad, la indiferencia a hacer la voluntad de Dios.

San Mateo 3:3 “Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas”

Después de más de trecientos años, ahora Dios está hablando directamente al corazón de las personas que estamos en un desierto. Donde la ‘temperatura’ es muy alta y no encontramos agua que aplaca nuestra sed, donde los vientos soplan reciamente y nos quita la respiración, donde todo lo que nos rodea hace muy difícil seguir viviendo, donde el pecado nos está quitando la vida.

Estamos a pocos días de celebrar un año más de la venida de Cristo, tenemos que “preparad el camino al Señor, enderezad sus sendas” El tiempo establecido por Dios para ti y para mí, ha llegado. Tenemos que limpiar todo aquello dificulta, que se interpone, en el camino para encontrarnos en el Salvador. Cristo es ese camino.

“Enderezad sus sendas” La alarma está dada, hoy nos corremos el riesgo, Cristo viene, es camino de misericordia, debemos prepararnos. Es cierto, hay obstáculos, hay muchas adicciones difíciles de dejar como las tradiciones y pecados; como la vida cómoda del que cree no necesitar nada que ya lo sabe todo y que no hay nadie (ni siquiera Cristo) que lo exhorte. Permítanme repetirlo: la alarma está dada, es hora de enderezad nuestras sendas.

Cuando esto hagamos: Isaías 40:4-5 “4Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado”

Así y solo así, veremos la gloria de Dios. Necesitamos totalmente, depender de la Palabra de Dios. Cristo viene, prepárate.

Dios te bendiga ricamente.

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